Sentirse querida...

No me siento querida, amada con una tarjeta de crédito, con un regalo, con un vestido, con una cena cara... Me siento querida con una mirada, con una palabra, con un roce de una mano, con un detalle inesperado. Si no hay miradas, palabras, roces... no hay adoración. Y si hay palabras disfrazadas, hay dolor.
Añado... Un "te quiero" vacío, rutinario, automático, no son palabras... ( Y si hay palabras disfrazadas, hay dolor )

El libre albedrío...

Nada, por mucho que se entregue la voluntad, te obliga a que no tengas libre albedrío...  Elegir, pensar, hablar, decidir, pactar, bajar la vista, todo, todo absolutamente forma parte de tu libre albedrío, ese que te permite reconocer cuando debes dar un paso, ese que te ayuda a distinguir entre el bien y el mal ( aunque sea tu criterio del bien y del mal ), ese que te dice quién es tu Amo, y hasta qué punto lo es... Hasta qué punto lo es.